La
proliferación
de
las
clecas
en
las
vías
de
escalada
y
en
los
bloques
al
aire
libre
está
desvirtuando
por
completo
algunos
estilos
de
escalada.
Se
pierden
alicientes
y
capacidad
de
aprendizaje
y
se
esfuman
algunas
motivaciones,
ya
que
desaparece
el
reto
de
descubrir
los
misterios
que
esconde
la
roca.
A
ello
se
suma
el
impacto
visual
que
producen,
lo
que
ha
dado
lugar
a
que
se
prohíba
su
uso
en
algunos
espacios
naturales.
¿Qué
será
del
reto
de
tener
que
descubrir
las
presas
en
la
roca
y
descifrar
la
secuencia
de
movimientos cuando
escalamos
a
vista?
Ya
sólo
con
el
magnesio
que
se
queda
en
los
cantos
se desvirtúa
la
escalada
a
vista.
Necesitamos
pensar
menos
y
actuamos
como
autómatas
ante
el
estímulo
de
las manchas
blancas.
Con
las
clecas
esta
automatización
se
magnifica, no
hace
falta
saber
“leer”
la
roca,
sólo
queda
seguir
las
marcas
que
recorren
la
pared.
El
tener
que
descubrir
e
interpretar
las
formas
de
la
roca,
el
saber
si
hemos
elegido
bien
o
mal
el recorrido,
ya
no
tendrá
aliciente
y
la
roca
natural
se
parecerá
más
a
un rocódromo.
La
escalada
a
vista,
y
el
aprendizaje
que
ello
conlleva,
ya
no
tendrán
ningún
sentido
y
perderemos
un
estilo
de
escalada
que
para
muchos
de
nosotros
es
una
parte
esencial
de
este
deporte.
¿Qué
será
de
reto
de
tener
que
memorizar
las
presas
y
visualizar
los
movimientos
en
una
escalada
ensayada?
Las
clecas
nos
“ayudan”
(¿idiotizan?)
cuando
ensayamos
una
vía
de
escalada,
ya
no
hace
falta
memorizar
las
presas
ni
los
apoyos
de
los
pies
y
la
visualización
de
los
movimientos
no
es
tan
importante.
De
nuevo
progresaremos
por
la
roca
cual
autómatas,
siguiendo
la
línea
discontinua
de
rayas
y
puntos
blancos.
Memorizar
y
visualizar,
partes
indisociables
de
la
escalada
ensayada,
o
eso
creíamos
algunos
antes
de
que
aparecieran
las
clecas.
Las
clecas
nos
afectan
a
todos
y
condicionan
la
manera en
la
que
escalamos,
el
estilo
y
nuestra
conducta
en
la
escalada.
Por eso
hacemos una
campaña
en
contra
de
las
clecas.
Os
pedimos
que
os
unáis
a
ella
y difundáis
este
mensaje.
Participa
de
forma
activa
y
borra
las
clecas
con
tu
cepillo
(que
sea
blando
y
que
no
dañe
la
roca).
Si
las
utilizas,
olvídate de
ellas
y
respeta
a
los
demás,
saldrás
ganando
y
todos
podremos
seguir
aprendiendo.
Algún
día
volveremos
a
disfrutar
de
la
escalada
a
vista,
de
la
memorización
y
la
visualización.
Lo
conseguiremos.
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